La cromatografía es uno de los métodos más utilizados para valorar si la marihuana es segura para el consumo. Se ha convertido en una parte importante del mercado del cannabis y sus nuevas regulaciones. Para garantizar el bienestar y la salud de los consumidores, la cromatografía está viviendo una transformación importante.
El mercado del cannabis está creciendo exponencialmente gracias a la legalización de la marihuana medicinal y recreativa en muchos lugares del mundo. Un ejemplo es EE.UU., donde cada vez más estados legalizan ambas formas de consumo de cannabis.
Canadá elevó el listón aún más al aprobar la legalización del cannabis a nivel nacional, que entrará en vigor a finales de octubre de 2018. Como consecuencia, los estados y provincias están exigiendo que todos los productos del cannabis cumplan con determinadas regulaciones y sean analizados para garantizar la seguridad de los consumidores.
Muchas de estas regulaciones exigen que los cultivadores analicen sus plantas para determinar la presencia de plaguicidas, solventes y metales pesados. Analizar la intensidad y el contenido de cannabinoides es otro paso importante exigido por las regulaciones.
Esto garantiza que los niveles de tetrahidrocannabinol (THC) y de cannabidiol (CBD) estén por debajo de determinados umbrales y no excedan los estándares estipulados. El THC es el cannabinoide responsable de los efectos psicoactivos del cannabis, mientras que el cannabidiol posee otras propiedades beneficiosas.
CROMATOGRAFÍA LÍQUIDA DE ALTA EFICACIA (HPLC)
Casi la mitad del mercado de análisis de cannabis utiliza la cromatografía líquida de alta eficacia (HPLC, por sus siglas en inglés). En cambio, los demás prefieren implementar la cromatografía en capa fina (TLC), la cromatografía de gases (GC) y la cromatografía de fluidos supercríticos (SFC).
La HPLC es el método preferido a la hora de evaluar la potencia, ya que no requiere procedimientos térmicos. Además, proporciona un análisis más preciso en comparación con otros métodos.
Por otro lado, la cromatografía de gases se utiliza para pruebas de residuos de solvente debido a que puede detectar con exactitud la presencia de compuestos volátiles peligrosos. Todo esto se hace para garantizar la seguridad de los consumidores y con el conocimiento de que el mercado cannábico se está volviendo muy popular.
CROMATOGRAFÍA CENTRÍFUGA DE PARTICIÓN (CPC)
La cromatografía centrífuga de partición (CPC) es otro método utilizado para extraer y purificar el CBD con fines de investigación. Aunque no es un método muy utilizado, su popularidad va en aumento porque su coste es inferior en comparación con otros métodos. Esto se debe a que no utiliza silicio como la HPLC y otras cromatografías. En cambio, utiliza una fase inmóvil líquida para facilitar el proceso de análisis.
Lo mejor de este método es que se pueden reutilizar las columnas de CPC sin riesgo de residuos. Otra característica atractiva de la CPC es que solo requiere alrededor de media hora de procesamiento, lo cual ahorra mucho tiempo (y, por lo tanto, dinero) en comparación con otros métodos. La CPC es similar a la HPLC en que utiliza una fase móvil y una fase inmóvil, solo que la CPC utiliza líquido en la fase inmóvil. Además, la CPC produce un compuesto más puro que la HPLC, alcanzando sus extractos casi un 100% de pureza.
Fuente: Royal Queen Seeds
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