La entrada en vigor de la nueva legislación del cannabis medicinal y el cáñamo industrial en Argentina, ha despertado una ola de emprendedores que apuestan a vivir del cannabis y competir con las grandes empresas que se avecinan a copar el mercado. No obstante, el cultivo a pequeña escala presenta un reto que los cultivadores deberán aprender a sortear si pretenden arrebatarle los usuarios al mercado negro y las grandes corporaciones.
El conocimiento empírico con el que se ha trabajado durante años se debe unir a la ciencia. Encontrar el equilibrio permitirá a los cultivadores ofrecer materia prima de calidad para los productos derivados y generar una importante cadena de valor. El camino más acertado es la democratización del conocimiento y la información, compartir datos y experiencias, generar contactos y traer a expertos que por años permanecieron ocultos y en las sombras por la ilegalidad. Hoy el planteamiento de la comunidad cannábica es la necesidad de poder acceder a la información sin obstáculos para obtener productos de calidad en cultivos a pequeña escala.
¿En qué consiste un control de calidad?
El objetivo principal del control de calidad es mejorar la producción, los productos y servicios que se ofrecen. La calidad está muy vinculada a la legislación, por este motivo se hace necesario un control de calidad que permita estar dentro de la ley y competir en el mercado. La calidad es posible sin importar el tamaño del cultivo y existen técnicas que nos permiten evaluar la calidad del derivado, la flor seca o la planta en vegetación. Estas técnicas pueden ser llevadas a cabo por laboratorios o con asesoramiento especializado como el realizado por Cannatest, primer test de identificación y cuantificación de cannabinoides móvil en Argentina. Situar al cannabis como un medicamento agudiza la responsabilidad de quien se dedica a la producción y fabricación de derivados.
¿Qué debe tener un producto de calidad?
Un producto de calidad deberá cumplir con ciertos parámetros. La identidad del producto se refiere a su origen y su composición en cannabinoides, terpenos y flavonoides. La potencia está relacionada con saber cuánta es la concentración de estos cannabinoides presentes en el derivado o la materia prima. La composición es determinar cuántos cannabinoides están presentes en el concentrado que se utilizó para hacer el derivado. También resulta muy importante, establecer que no tenga ningún otro agregado. Conociendo estos ítems, podremos determinar si nuestro producto es o no de calidad para cumplir con los estándares establecidos por la ley.
¿Qué es trazabilidad?
La trazabilidad se refiere al recorrido monitoreado bajo una estricta observación y toma de datos de todo el proceso de cultivo. Esto permite hacer un control de variables para evaluar el cultivo y generar una repetición de procesos y procedimientos. Cada una de las variables que se evalúan tienen datos que deben ser reportados juiciosamente. Las más importantes son: suelo, riego, iluminación, condiciones de humedad, presión de vapor y temperatura, semilla y su genética, y por último control de plagas. Aprender a observar y corregir hace parte de la profesionalización del cultivo y el control de calidad. La fidelidad de nuestro control de calidad se verá reflejado en el rotulado del producto final.
Fuente: Cannábica Argentina
Comentarios recientes