A diferencia de otros fármacos, el Cannabis posee un amplio rango de dosis efectivas, posibilitando tratar una gran cantidad de patologías diferentes, lo cual implica un desafío, porque dichas dosis varían mucho de persona a persona.
Encontrar la dosis correcta (con la menor cantidad de efectos adversos) es el objetivo principal y más difícil al comenzar cualquier tratamiento con esta poderosa planta.
La dosis depende de muchos factores como ser:
- Edad
- Peso del paciente
- Condiciones médicas asociadas
Mitos que se traducen en errores
Uno de los grandes mitos que se encuentra en la práctica médica es pensar que más THC significa mayor y mejor efecto.
El otro error común es pensar que las genéticas con CBD solamente son “medicinales” y las con THC recreativas. Mientras más cerca del equilibrio se encuentra la planta, es decir que todos sus compuestos se encuentren “balanceados”, mayor y mejor es el efecto, de ahí la importancia de las genéticas con ratio THC/CBD 1:1 o parecido.
A bajas dosis, el aumento de la misma se traduce en un mayor efecto. Después de cierto punto, dosis más altas no se traducen en un mayor efecto (pudiendo a veces hasta generar efectos adversos y/o contrarios al buscado), por eso decimos que “menos normalmente es más”.
Encontrando el punto exacto
En general mientras “más sano” se encuentre el paciente al comenzar el tratamiento, menor será la dosis a emplear. Por el contrario, mientras más enfermo se encuentre el paciente, lógicamente mayor será la dosis de cannabis necesaria.
Por eso siempre es importante pensar en cannabis como un complemento, como parte de un tratamiento con múltiples abordajes (por ejemplo: fármacos tradicionales + cambios en estilo de vida + cannabis).
La importancia de las dosis bajas
Utilizar dosis bajas de cannabis tiene múltiples beneficios:
- Evita la aparición de efectos adversos
- Retarda el comienzo del fenómeno de tolerancia
- Asociado a descansos periódicos, permite disfrutar la planta (en cualquiera de sus formas) durante mucho tiempo, permitiendo tratamientos más seguros a largo plazo por muchos años.
Es muy importante recalcar la necesidad de utilizar genéticas con perfiles adecuados según la patología a tratar, buscando dentro de lo posible variedades equilibradas en THC/CBD.
El hecho de consumir dosis más bajas permite tratamientos que duran muchos años, lo que es especialmente importante para los pacientes jóvenes, que utilizarán el cannabis como herramienta terapéutica durante el resto de su vida.
Utilizar THC en forma regular, teniendo que aumentar la dosis progresivamente, lleva indefectiblemente a la tolerancia. Por eso cualquier terapia con cannabis tiene que incluir períodos de descanso, pudiéndose recurrir en esos períodos a genéticas solo con CBD, recordando que la tolerancia siempre es al THC.
Fuente: Doctores Medicina Natural
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