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Industria Cannabis dialogó con Gastón Nielsen, médico veterinario y miembro fundador de la agrupación de Veterinarios Dedicados a Terapias Cannábicas de Rosario (Vedtcra), sobre el uso clínico del cannabis en animales y la importancia del intercambio de experiencias profesionales en un campo que tiene incipientes desarrollos académicos.
Gastón Nielsen es médico veterinario y se dedica a la aplicación clínica del cannabis medicinal en sus pacientes, específicamente perros y gatos. Nielsen, junto a otros veterinarios de la ciudad de Rosario y zonas aledañas, fundó la agrupación de Veterinarios Dedicados a Terapias Cannábicas de Rosario (Vedtcra), con el objetivo de organizarse en el plano legal. La agrupación pertenece al área veterinaria de Aupac (Agrupación de Usuaries y Profesionales para el Abordaje del Cannabis).

El veterinario ubica su primer acercamiento al cannabis medicinal a partir del diagnóstico de Parkinson a su suegro y, a través de una clienta que es miembro fundadora de Aupac, iniciaron la terapia con cannabis de este familiar, con grandes resultados. Desde ese momento, con su esposa (también veterinaria) se propusieron desarrollar tratamientos cannábicos en animales. “Aupac nos abasteció de los primeros aceites y luego nos asesoró en la formulación. Entre algunas formulaciones que yo hacía y el amparo de Aupac, que nos daba soporte, empezamos a usarlo en pacientes perrunos y gatunos”, expresó Nielsen a Industria Cannabis.

En cuanto a los tratamientos que realiza, el veterinario remarcó que él considera el uso del cannabis “para la clínica diaria, no solo para convulsiones o casos muy puntuales. Lo tengo como un tratamiento más, si bien sigue la tendencia por los tratamientos empíricos más clásicos, lo tengo como un tratamiento sobre todo para pacientes viejos y como paliativo del dolor”. Entre las patologías en las que Nielsen aplicó dosis de cannabis medicinal, se encuentran el dolor osteoarticular de los perros, convulsiones refractarias que habitualmente no responden a tratamientos anticonvulsivos tradicionales, enfermedades autoinmunitarias, retención de orina posterior a las castraciones y acompañamiento quimioterápico que, según su experiencia “da calidad de vida (y doy fe) hasta el final de la vida del animal”.

Asimismo, el profesional rosarino afirmó que “particularmente, los pacientes con linfoma que consumen cannabis tienen mayor sobrevida que aquellos que no lo consumen” y aclaró que “queda investigar en qué beneficio particular es que se desarrolla”.
En cuanto a la investigación académica, ante la falta de papers o estudios detallados por patología y por las características de los animales, “lo más importante es el intercambio de la experiencia, y de a poco, vemos que va apareciendo porque es traspolación. Nosotros usamos mucho de la medicina humana. Llevado a la clínica, en el país son pocos los veterinarios que trabajan con cannabis”, sostuvo Nielsen. Asimismo, el veterinario indicó que “sigue faltando material de lectura, material de estudio, y en ese sentido, se vuelven fundamentales los congresos”.

Afirmó que “yo aprendo mucho de la experiencia de otros colegas y viceversa, por eso los Congresos como Vetcann son muy buenos porque se intercambia mucho”. Así como el enfoque en el uso clínico del cannabis en pacientes veterinarios resulta muy importante, el trabajo realizado requiere del tejido de redes que articulen y nucleen a los profesionales para buscar no solo el enriquecimiento de experiencias, sino también un respaldo organizativo. Es así que surgió Vedtcra. “Entre fines del año pasado y principios de este año, nos pusimos en contacto para formar esta agrupación, para intercambiar conocimientos sobre el uso clínico. Tenemos una muy buena conexión con Vetcann, que viene trabajando hace 20 años en Colombia”, sostuvo Nielsen a Industria Cannabis. En la agrupación trabajan en distintas etapas del proceso de tratamientos medicinales, entre ellas, la formulación de los aceites con las proporciones de cannabinoides indicadas para suministrar a los animales. Se hacen formulaciones por ratio; en líneas generales en una proporción 1:2 (THC y CBD respectivamente).

“Siempre se buscan concentraciones en las que supere el CBD, pero no que solamente se encuentre el CBD en la composición, según nuestra experiencia”, advirtió el veterinario rosarino. Respecto a la situación legal, Nielsen remarcó que el cannabis medicinal veterinario no se encuentra aún incluido en ninguna regulación vigente o propuesta, y que si bien desde la organización se encuentran impulsando la inclusión del área veterinaria, llevará más tiempo. Asimismo, avizoró un horizonte importante para el desarrollo industrial del cannabis medicinal de uso veterinario en pocos años, reparando, a su vez, en que “tiene que haber un marco regulatorio importante de la calidad del aceite, desde la plantación hasta la fabricación”.

Nielsen agregó que el rol del Estado es fundamental en lo que tiene que ver con la supervisión de los aceites y “que ese control no esté viciado por intereses va a ser fundamental también”. Observó que la particularidad de Rosario es que “existe movilización cannábica desde siempre” y que existen muchas agrupaciones que “han movilizado políticamente”. Existen experiencias similares a la agrupación rosarina como es el caso de Cannvet, en la provincia de Neuquén, o agrupaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; pero el desarrollo de los conocimientos en la medicina veterinaria se extiende día a día a lo largo y a lo ancho del territorio nacional.

Fuente: Clínica Cannabis