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En México, avanzan los cultivos de cannabis en manos de una comunidad indígena. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de México entregó los primeros 26 permisos productivos para la Asociación Indígena de Productores de Cannabis (AIDPC).

Ahora, campesinos indígenas de la comunidad San Pablo Güilá, ubicada en los valles centrales de Oaxaca, tienen su primer cultivo de cannabis legal en México. Ellos están haciendo crecer sus plantas, bajo un sistema absolutamente orgánico para la elaboración de productos medicinales.

El objetivo de esta comunidad indígena de México es abastecer de los derivados de cannabis a la comunidad local.

“Antes corríamos al cerro porque temíamos a los militares; llegaron a violar a las mujeres. Entraban a las casas sin orden de cateo, detenían al que se encontraban y se llevaban lo poco que uno tenía. Actualmente eso ya no sucede”, le cuenta uno de los cultivadores al medio local Proceso, sobre los hechos desplegados en México por la conocida Guerra contra Las Drogas.

En la actualidad, los campesinos están trabajando con la genética Cherry CBD, que tiene un alto contenido del mencionado cannabinoide, y que se suma a otros cultivos de verdura que tienen.

Cómo cultivan cannabis los campesinos indígenas

Según la crónica realizada por el medio local Proceso, los campesinos indígenas de México tienen un cultivo de cannabis absolutamente orgánico. Entre algunos de sus productos preferidos, ellos cuentan que utilizan bokashi.

Además, trabajan tanto esquejes como plantas que crecen desde la semilla.

“Es medicinal, tiene poco THC”, explica Juan, uno de los campesinos indígenas que cultiva cannabis en México. Entre las genéticas que están trabajando actualmente se destaca la Cherry CBD, con un alto contenido de cannabidiol para la elaboración de productos medicinales.

“Todo el Valle Central es una zona productora de cannabis. Desde los setenta, ochenta y noventa los militares que venían a esta región no solo venían por los productores, sino que hostigaban a los campesinos”, relata Juan sobre un costado que también tuvo la Guerra contra las Drogas: la persecusión a las comunidades.

“Se gritaba de casa en casa: ‘¡Allí vienen los soldados!’ La gente, por miedo, subía a los cerros no porque cultivaran, sino porque sabían que los militares golpeaban a los niños, violaban a las mujeres y se llevaban a los hombres o los inculpaban”, asegura Juan.

Si bien México todavía no reguló la industria del cannabis, el país está avanzando en reparar los daños que causó la prohibición. Ahora, los campesinos indígenas son los primeros en la lista de cultivar la planta.

Según la AIDPC, en la región existen 800 cultivadores de cannabis. Se espera que en los meses siguientes se aprueben 100 nuevas licencias productivas.

Fuente: Revista THC