Los terpenos son los compuestos que definen gran parte de la identidad de una planta. Su potencial industrial y medicinal los transformó en uno de los recursos más buscados.
En 1880, en un pequeño laboratorio de la Universidad alemana de Bonn, el químico Otto Wallach aceptó un desafío: identificar la composición orgánica de un pequeño frasquito olvidado en un armario. Adentro había resina de pino. Luego de meses de investigación, Wallach detectó que contenía un compuesto que se podía encontrar en otras plantas también, el isopreno.
Sin saberlo, lo que empezó como un simple reto terminó significando el descubrimiento de una pieza fundante de la biología: los terpenos.
¿Qué son los terpenos?
Los terpenos son los componentes elementales del aceite esencial de las plantas: son los responsables de darle un aroma y un sabor específico a cada una. En el cannabis se conocen más de 120 terpenos diferentes, como el limoneno y el mirceno que, a su vez, se pueden encontrar en otras plantas.
El limoneno, por ejemplo, también se puede encontrar en el cedrón, o el mirceno en la albahaca y el mango. Pero un terpeno no solo tiene como función otorgar cualidades aromáticas, sino que también constituye un elemento muy
importante en el conocido efecto séquito, esa conjunción de todos componentes que tiene la planta para potenciar sus efectos psicoactivos: el todo es más que la suma de las partes.
“Las interacciones que tienen los terpenos con los cannabinoides son notables: cuando añades terpenos el efecto cambia”, explica Toni Romero, fundador de Cali Terpenes, una empresa nacida del banco de semillas Eva Seeds, en Barcelona, que produce perfiles de terpenos de cannabis a partir de otras plantas.
El camino de Toni con los terpenos, al igual que Wallach, fue pura casualidad. “En un viaje a California, conocimos los métodos de extracción de terpenos para agregarle a los destilados para cartuchos y olían muy bien, pero terminaban sacando poco y era muy caro”, cuenta.
Según explica, la solución estaba en “replicar los mismos terpenos pero extraídos de otras plantas y articular exactamente lo mismo”.
En la búsqueda de lograr una alternativa viable para recrear aromas específicos que encontramos en el cannabis, Toni y su equipo iniciaron un camino de investigación de los perfiles terpénicos de plantas de cannabis seleccionadas para determinar “moldes” y recrearlos con materias primas de otras plantas.
Hoy ofrecen más de 45 variedades de perfiles que se pueden utilizar tanto en vapeadores como también destinarlo a otros usos. “Al principio la gente era reticente porque los terpenos no venían del cannabis, pero hicieron la prueba y dijeron ¡hostia!”, explica Toni sobre las devoluciones que le dieron a las primeras pruebas que hicieron.
“Unos clientes se presentaron a la Cannabis Cup, ganaron el primer premio con un destilado con nuestros terpenos, y a partir de ahí fue un todo un descubrimiento”.
Estos productos son una alternativa a los terpenos derivados del cannabis, cuyo acceso es más dificultoso por su alto costo y su incierto carácter legal. De hecho, pese a que el olor y el sabor pueden ser ligeramente diferentes a los de cannabis debido a la ausencia de residuos no terpénicos, los terpenos derivados de otras plantas son tan efectivos como estas, porque a nivel molecular son idénticos.
“El secreto está en extraer los terpenos de materias primas de primerísima calidad, usar cosas que no deberías en la mezcla y extraer los perfiles de los originales para replicarlo luego”, define.
El mercado de los terpenos
Los perfiles de terpenos de variedades de marihuana abrieron lugar a un nuevo mercado. “Descubrimos otros usos que al principio no habíamos pensado ni imaginado, los propios clientes que antes lo utilizaban para destilados nos planteaban que lo habían probado con determinado alimento y había funcionado bien, y ahí fue cuando nos dimos cuenta de que se podía utilizar en la gastronomía y en la industria alimentaria”, explica Toni.
De esta manera, los perfiles de terpenos se suman como un elemento más de la receta de platos, postres y bebidas. Un claro ejemplo es la utilización de terpenos cannábicos en helados, algo que sobre todo en Estados Unidos y Canadá ya es moneda corriente.
En Argentina, la empresa Cannacream desarrolla en la fábrica Serbet helados de distintos sabores con los perfiles de Cali Terpenes, que son los únicos que tienen la autorización de la ANMAT. Es así que ofrecen sabores como vainilla con Blackberry Kush, chocolate con Critical Jack, o crema americana con Gipsy Haze.
“Hay que ir aprendiendo a caminar por esos caminos”, plantea el fundador de Eva Seeds, haciéndose cargo del desafío. Pese a que la industria de los terpenos está en pleno auge, algunas restricciones hacen que esa explosión latente todavía tarde en darse: “De momento, no es un mercado como los bancos de semillas, con 50 mil empresas que hacen lo mismo”, analiza Toni, y advierte que implica “muchas horas de trabajo, y a lo mejor al principio sin cobrar”.
Uno de los principales desafíos por resolver hacia el futuro tiene que ver con cómo trascender el uso del cannabis, en este caso en forma de perfiles aromáticos, al consumidor en general. “Hablamos con empresas de alimentación y te sorprendes porque lo primero que te dicen es ‘Esto no huele a marihuana, esto huele bien’ porque no conocen, no entienden que se quiera tener algo alimentario con sabor a marihuana.
Pero le presentas una batería de 50 sabores diferentes y ahí a la gente le da igual que sea de cannabis. ¿Qué mejor que un rico helado de vainillas con trozos de chocolates, nueces de macadamia y terpenos de blackdream?”, concluye.
Fuente: Revista THC
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