En las instalaciones del Ecocentro Pampa Azul, se realizó la presentación de los resultados de los ensayos clínicos de fitopreparados de Cannabis en el tratamiento del dolor crónico en pacientes de la ciudad de Puerto Madryn, desarrollado en conjunto entre el CCT CONICET-CENPAT y el Hospital Andrés Ísola. Para este proyecto, fruto de un convenio entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Ministerio de Salud de la Provincia de Chubut, se realizaron extractos de flores de variedades de cannabis cultivadas en el marco del Programa Interdisciplinario de Cannabis del CENPAT y se realizaron los correspondientes análisis de los aceites en el Servicio Centralizado de Química (SECEQUIM) del citado CCT.
El ensayo clínico fue de tipo cuasi-experimental de seis meses de duración y la población estudiada fue seleccionada a partir de consultas o derivación a los médicos participantes del ensayo, por motivo de dolor crónico. Participaron un total de 88 pacientes, de los cuales 69 eran mujeres, mientras que el rango de edad osciló entre 35 y 88 años. Las variables analizadas fueron dolor, humor, apetito, cansancio, ansiedad, depresión y dificultad para dormir y los resultados fueron realmente exitosos: se observó una disminución significativa tanto del dolor como de los otros parámetros de calidad de vida (ansiedad, depresión, humor, etc.), entre la primera consulta y los tres y seis meses, salvo la variable apetito que no mostró diferencias en su distribución de frecuencias.
De los 88 participantes, 51 (65%) redujeron en más del 50% el dolor, 38 (48%) la ansiedad y 48 (61%) el insomnio entre la primera y la última consulta. Además, 23 pacientes (26%) redujeron o discontinuaron el uso de otros analgésicos y/o antiinflamatorios durante el ensayo.
“El lapso de un año fue suficiente para completar un circuito de articulación que termina generando, en el seno del diálogo entre el sector científico y el de la salud pública, nuevas políticas sanitarias. Ese circuito es complejo, incluye la participación de profesionales de diversas áreas del CENPAT para que luego tome la posta el personal del Hospital Ísola para llevar adelante los ensayos clínicos propiamente dichos. Los resultados son muy prometedores, no solo por el impacto en los pacientes, sino porque se demuestra, una vez más, que en el diálogo entre el sector salud y el sector ciencia hay muchísimo camino por recorrer”, expresa el director del CENPAT, Rolando González-José.
El acto en la ciudad portuario fue encabezado por el gobernador del Chubut, Mariano Arcioni, quien felicitó al equipo coordinado por Flavia Aragón, Gregorio Bigatti, Mariana Lozada e Irene McCarthy. “Escuchando las conclusiones, veo que no son alentadoras, sino que son contundentes. Yo soy un convencido que si no hay apoyo a la investigación es imposible que obtengamos resultados en materia de salud y de producción”, expresó el mandatario.
Respecto a las dosis utilizadas, se estimó un rango recomendado de 6mg/día para THC y 2,5mg/día para CBD. De todas maneras, se encontró una gran variabilidad entre individuos respecto de las dosis efectivas, lo que muestra la necesidad de una titulación individual de la dosis. En cuanto a los efectos adversos, los mismos fueron náuseas, cefalea, somnolencia, palpitaciones, dificultad para dormir y aumento del apetito, pero todos dependientes de la dosis, leves y transitorios.
La ministra de Salud de Chubut, Mriyám Monasterolo, destacó la sinergia entre el sector científico y el área sanitaria, que permite “tener trazabilidad, calidad y seguridad para el paciente”. Además, a partir de estos resultados, el Ministerio de Salud chubutense comenzó a autorizar a los laboratorios de farmacia de los hospitales para realizar los preparados magistrales y utilizar el Cannabis para el tratamiento del dolor. “Es un orgullo el trabajo del equipo de Salud que hace investigación y que se pudo sumar al equipo de científicos del CENPAT”.
Finalmente, la investigadora del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET), Mariana Lozada contó que el aporte desde el sector científico al proyecto fue “el darle calidad desde el momento en que tenemos las semillas registradas a nombre del CONICET, pasando por todos los controles de calidad microbiológicos, químicos, la medición de los cannabinoides con alta precisión de modo que nos permita tener los resultados con un alto nivel de calidad y seguridad”.
Fuente: Conicet
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